¿Cuántas veces haz dicho, o escuchado decir, «tengo baja autoestima»? Probablemente es una de las expresiones más cotidianas para todos nosotros, en cualquier ámbito de la vida. Entendemos la baja autoestima como poco amor propio, sentimiento de no ser suficiente pero: ¿Qué es y cómo la subo?
Para entender bien lo que es la baja autoestima debemos entender primeramente los elementos que la componen. No es complicado comprender lo que «baja» significa, y no creo que tengas dudas sobre el concepto «auto», lo que nos deja el meollo del asunto, la palabra ESTIMA.
Se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente del verbo “aestimare”, que puede traducirse como “juzgar” o “apreciar”.
Interesante comprender el significado de «apreciar» pues implica poner precio a algo. Así podemos comprender que la palabra ESTIMA o APRECIO (ambas usadas para los fines que en psicología tratamos) implica el colocar un juicio de valor sobre algo o alguien, todo en comparativa con el resto.
La mente humana no puede dejar de comparar, los seres humanos construimos nuestro mundo en términos de Figura y Fondo, o sea, de contrastes: algo es algo porque no es otra cosa. Así se delimita nuestro entorno en función de valoraciones de qué es mejor o peor para nosotros en cada momento.
Con esas valoraciones (para el caso también les podemos llamar ESTIMACIONES), los humanos generamos una CONDUCTA. Cuando detectamos que algo es bueno para nosotros la CONDUCTA lógica es acercarnos a aquello que sea bueno. Por ejemplo, en días de frío, una persona tenderá a acercarse a fuentes de calor, como colocarse bajo el sol, cerca de un calentador o debajo de unas cobijas. Sin embargo esa misma conducta sería de alejamiento al detectar que algo no nos es bueno: En días calurosos evitamos estar bajo el sol o cerca de fuentes de calor.
Aquí encontramos entonces algunos puntos para entender cómo funciona la ESTIMA: Primeramente es un CONTRASTE de algo respecto a algo, se hace una VALORACIÓN de si es BENÉFICO o DAÑINO y posteriormente se realiza una CONDUCTA que sea COHERENTE con la VALORACIÓN (acercarse si es benéfico o alejarse si es dañino). Un mecanismo tan simple que lo vemos en nuestras mascotas al salir al parque.
Todo lo anterior es un simple proceso mecánico de acción-reacción, que lamentablemente nos encanta complicar. ¿Cómo se complica? Ya lo mencioné arribita.¿o te das cuenta? Es en una palabra:
COHERENCIA
Mientras exista COHERENCIA en nuestra CONDUCTA y nuestra VALORACIÓN, entonces todo está bien, claro que nos vamos a acercar a lo bueno y nos vamos a alejar de lo malo, eso es COHERENTE, el problema se da cuando dicha mecánica no se presenta, nos quedamos cerca de lo malo y/o rechazamos lo bueno: ¿Cómo? Pues el ejemplo más simple seguro que lo entiendes.
Una relación tóxica
¿Por qué nos quedamos con alguien que nos hace sentir mal? Si una persona nos hace daño, la CONDUCTA COHERENTE es alejarnos de esa persona, sin embargo muchas veces eso no pasa, nos quedamos cerca de quien nos hace daño. Eso es totalmente INCOHERENTE, rompe la mecánica lógica de la CONDUCTA humana y tiene como resultado la BAJA AUTOESTIMA.
¿Por qué genera baja autoestima?
Eso ocurre debido a que no estás siguiendo la fórmula lógica que todo ser vivo emplea: Bueno-Cerca, Malo-Lejos. Al invertirla generas una DESVALORIZACIÓN, un CASTIGO. Malo-Cerca, Bueno-Lejos, es lo que hacemos para CASTIGAR, para dañar. Si te realizas esa mecánica te estás generando un castigo, así creas una idea COHERENTE con esa nueva realidad: ¿Por qué me pasa esto? – «Porque me lo merezco«. Y de ese modo comienza a disminuir la AUTOESTIMA, pues cada cosa que haces te mantiene CERCA del DAÑO, y como no estás dispuesto/a a catalogar como dañina a la persona que te daña, construyes la idea de que eres tú quien merece el daño.
Así comienza el lento proceso de la BAJA AUTOESTIMA, metiéndote cada vez más en ella, respondiendote tú mismo/a una y otra vez la misma pregunta de: ¿Por qué me pasa eso? con un: «Porque me lo merezco«. Siendo tan normal esa vida de Malo-Cerca, Bueno-Lejos que, pues, te acabas acostumbrando y repitiendo aquello que, para ti, ya es una normalidad.
Pero saber cómo pasa esto es solo la mitad del trabajo, nos toca revertirlo y eso te lo contaré en otro artículo.




