El conflicto se define como choque de ideas, personalmente me gusta más definirlo como «Choque de intereses», ello es porque todos los seres humanos tenemos intereses, una agenda, algo que queremos obtener. El conflicto se da cuando dichos intereses colisionan.
Luchamos unos contra otros por cosas que queremos y que no nos quieren dar, e incluso dando aquello que se nos pide no siempre soluciona el conflicto, ello es porque, a veces, damos aquello que no queremos dar.
Para tener una buena relación interpersonal, ya sea con tu pareja, tu familia, amigos, compañeros del trabajo o con quien sea, necesitas entender que todos queremos algo y es ese deseo lo que dicta nuestras acciones. Entender lo que el otro desea te puede ayudar a disminuir tus conflictos con los demás simplemente siendo claro con tus propios intereses.
Esto es, no porque alguien quiera algo de ti significa que se lo darás, hacerlo solo nos ocasiona una doble pérdida, que se traduce en más conflicto porque al deseo frustrado se le suma frustración; ello conlleva una expectativa de retribución que nos hace esperar que el otro haga algo para compensar lo que dimos; hecho que probablemente no llegará o llegará muy tarde, cuando más deuda se haya acumulado.
Es por ello que debes poner límites, debe haber cosas que no quieras dar y cuando las tengas claras debes manifestarlas, todo aquello con lo que no te sientes cómodo/a en dar, debes negarlo; solo así evitarás la acmulación de deuda que acabará por desgastar la relación con tu seres cercanos.
Así que comienza una introspección: ¿Qué es importante para ti? ¿Qué necesitas para tu felicidad? Puede ser tiempo con tus amistades, con tu familia, pasatiempos, trabajo, un espacio personal; fumar, comer, dormir. Realmente no importa cuál sea tu límite, lo que importa es que es tuyo y debes dejarlo claro y pelear por mantenerlo.
Cuando tus límites están claros son mucho más fáciles de respetar y defender. Piénsalo como las señales viales, cuando no están hay duda de su podemos hacer o no algún movimiento, mientras que cuando están claramente señaladas, evitan malentendidos y confusiones. Tus límites, aquello que no quieres dar, deben ser claros como el cristal más puro y debes mantenerlos claros, porque cuando tú los rompes, pierden claridad para los demás.
Así que en cualquier relación interpersonal que tengas, nunca olvides que jamás debes dar aquello que no quieres entregar.




