Hemos dejado en claro que las personas que acuden a atención psicológica no están “locas” sino que se trata de individuos que han tenido dificultades para alcanzar LA META, que ES SER FELIZ. Así me he topado frecuentemente con comentarios tendientes a acercar a la persona a LA META en el sentido de:
“¿Hago bien o hago mal?” o “¿Estoy bien o estoy mal?”
Persona que acude a terapia.
Muchas personas parece que manifiestan su dificultad en alcanzar la FELICIDAD basándose meramente en la moral de sus acciones, en la idea básica de si aquello que hicieron, pensaron o incluso desearon está correcto.
Llegan al psicólogo como lo hicieran de algún modo con un sacerdote, esperando la emisión de un juicio de valor que les indique ya sea el permiso de seguir haciendo aquello que hacen, o se les emita una prohibición tajante que les impida continuar con ello, aclarándoles así el camino a seguir.
Desconozco la respuesta que un sacerdote podría dar ante semejante pregunta, sin embargo en mi experiencia en la psicología, tanto a nivel personal como con el trato hacia mis colegas, considero acertado decir que la respuesta del especialista en la salud mental sería mucho más vaga de lo que su contraparte religiosa podría emitir.
Mientras que el religioso emitirá un juicio de “bien o mal”, el psicólogo o psicóloga podría responder: “¿Usted qué cree?”
Para alcanzar una verdadera respuesta ante la pregunta que muchas personas hacen en consulta necesitamos primero determinar la dualidad planteada, el Bien y el Mal; ¿qué son?
En filosofía, la rama que estudia dichos conceptos y otorga una clasificación es la Ética. La Ética tiende al bien pero no todos consideran las mismas cosas como bien, siendo ese el punto del que es necesario partir.
Para Aristóteles el bien supremo es la FELICIDAD, la cual sólo se puede lograr con el bien obrar y la virtud. Aristóteles rechazaba al PLACER como vinculatorio a la FELICIDAD y la consideraba como de bestias.
Solo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego”.
Aristóteles
Diversos autores consideran al Bien y al Mal de maneras diferentes; para Immanuel Kant el acto es bueno o malo dependiendo de su intención y no de su efecto. Otros consideran que son los valores aquello que ajusta la determinación del Bien y del Mal.
La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
immanuel kant
Aquello que es BUENO para algunos no necesariamente lo será así para otros. Para la mayoría de nosotros la pandemia por Covid-19 es algo sumamente malo y negativo, sin embargo los fabricantes de mascarillas y gel anti-bacterial han visto sus beneficios crecer, por lo que para cierto grupo este “Mal” ha resultado “Bueno”.
Del mismo modo la extinción de una especie puede parecer como algo triste, “Malo”, no obstante aquellas otras especies que han visto desaparecer a sus depredadores ven su existencia beneficiada por la desaparición de sus enemigos naturales. Para esas especies esa extinción resulta ser “Buena”.
Vámonos 65 millones de años al pasado, sin poder dar una realidad concreta y quedándonos con lo que es actualmente aceptado, en ese tiempo había una especie de seres vivos dominantes, los dinosaurios, cuya presencia resultaba una barrera que otras especies, como los mamíferos, más pequeños y frágiles, quienes serían alimento de las bestias más poderosas. La extinción de esa especie permitió a los mamíferos un desarrollo libre de esa amenaza natural, lo que, finalmente, dio origen a nosotros y a estas palabras que en este momento te encuentras leyendo.
De ese modo la extinción de los dinosaurios, hoy podemos saberlo, ha resultado ser algo “Bueno”, para nosotros.
Imagino que has entendido el punto al que quiero llegar en este momento, la respuesta de si las acciones de la persona que llega a consulta son “BUENAS” o “MALAS” no es tan sencilla de emitir en base a una palabra, más bien habría que hacerse la pregunta:
¿Eso para quién fue bueno y para quién fue malo?
Primeramente habría que revisar si tal acción, pensamiento o deseo, antes que ser “BUENO” o “MALO”, ¿qué resultado tiene para la persona que llega a consulta?
Esa es la parte donde la respuesta del especialista en salud mental pudiera ser controversial para los valores morales predominantes, puesto que la tendencia actual en muchos colegas es a la libertad y la expresión, con lo que, aunque con ciertas limitantes, no existe el “Bien” y el “Mal”.
No existen desde el punto de vista de una realidad universal inalterable. No hay algo “MALO” en todos lados ni “BUENO”, en todos lados. Por ello olvida el concepto de “Bien” y “Mal” y mejor considera las consecuencias hacia ti.
Su orgullo pretende prescribir y proyectar incluso a la naturaleza la moral inventada por ustedes, un ideal propio. Entonces pretenden que la naturaleza se ajuste a la idea generada en la mente de ustedes y que todo lo existente se acomode a esa imagen, como una glorificación y una generalización gigantesca y eterna de estoicismo.
Friedrich nietszche
¿Eso que hiciste, pensaste o deseaste te acercó a la felicidad? S la respuesta es que sí entonces podemos decir que, al menos para tus intereses, estás “Bien”.
Hacer cosas que te FAVORECEN finalmente a ti te son “buenas”, te traen un beneficio, una gratificación.
Por supuesto que esto no significa un permiso de “ve y haz lo que quieras”, finalmente existe una normatividad que estamos ciertamente obligados a seguir, que es la LEY, sin embargo muchas veces la LEY no es un problema sino nuestros valores morales los cuales, más veces que menos, nos impiden hacer cosas que la LEY sí nos permite.
Así que sólo ve y respeta la LEY, por lo demás eres LIBRE, vive tu vida del modo que desees vivirla, hacerlo te puedo decir que te acerca un paso más a LA META, que ES SER FELIZ.