No pongas todos tus HUEVOS en un sólo lugar, ¡recupéralos!

Antes de que tu mente condicionada por Televisa interprete el título como un albur digno de Héctor Suárez, o que te ofendas por esa referencia a un producto que se asocia con los genitales masculinos, permítete leer el resto del artículo, empezando con este viejo adagio:

“No pongas todos los HUEVOS en una misma canasta”.

Aquel es un viejo refrán que nos insta a no enfocarnos en una sola situación, pues si lo impensable ocurriera entonces perderíamos todo lo que tenemos. Es una frase muy utilizada por los economistas para recomendar a los inversionistas a no colocar todos sus recursos en un solo sitio.

La palabra recursos es muy interesante porque también la usamos frecuentemente en psicología para referirnos a los recursos emocionales, intelectuales, sociales, con los que el individuo cuenta.

Nada en el universo es infinito, ni siquiera el mismo universo lo es, todo tiene un final, un límite; y si bien nuestras carteras suelen encontrarse con ese límite muy seguido, eso no significa que la frase de los HUEVOS sólo se pueda aplicar a nuestros recursos económicos; también nuestros recursos emocionales, sociales e intelectuales están limitados, por eso es necesario saber cómo administrarlos.

Todos somos diferentes y, por lo mismo, contamos con una cantidad y calidad de recursos distintos, no obstante todos contamos con algunos recursos de los que podemos echar mano cuando la situación lo requiere.

Para ejemplificar esos recursos me gusta utilizar el refrán de los HUEVOS puesto que es de sobra conocido por las personas y eso ayuda a que sea más entendible.

Muchas ocasiones acuden a consulta personas que se sienten atrapadas en una relación tóxica pero que no saben cómo salir de dicha relación; quizá la relación sea en sí misma la falta de relación existente. Esas personas se encuentran confundidas, saben que están lejos de llegar a LA META, que ES SER FELIZ, pero temen alejarse de aquello que les causa la infelicidad.

A ellos y a ti les pido que imaginen lo siguiente:

Tú tienes una cantidad limitada de HUEVOS, imagina que en total tienes 100. Esos 100 HUEVOS tú los depositas en las canastas de aquellas personas, actividades o lugares que te son importantes, y claro que mientras más importantes te sean más HUEVOS le vas a ir depositando conforme crecen en importancia. De ese modo al pasar el tiempo, tus HUEVOS se han visto reducidos considerablemente; lo ideal es que estén depositados en diferentes lugares pero resulta que casi todos se los dejaste a una persona (o actividad), que no los usa bien o no los “quiere”.

Llegado el momento la vida te lleva a conocer más personas, a visitar más lugares, sin embargo por alguna razón esas nuevas experiencias no te son tan significativas como las anteriores.

Eso es porque ya CASI NO TE QUEDAN HUEVOS, eso porque la mayoría los depositaste en una canasta que no te conviene.

Así, con tus limitados recursos, te puedes encontrar en algún momento con ciertas limitaciones para DISFRUTAR de nuevas experiencias, y es que parece que lo nuevo nomás no te entra.

No es misterio que la cantidad de ATENCIÓN que un ser humano tiene es limitada; sólo podemos enfocarnos en ciertas cosas a la vez, ¿no me crees? Pon un lápiz (o cualquier objeto), justo frente a tus ojos y enfócalo; sin perder el foco en ese objeto trata de identificar los detalles que hay tras ese objeto. ¿Verdad que está borroso? Es porque tu capacidad de ENFOQUE o ATENCIÓN es limitada, igual que los HUEVOS.

Así que has colocado casi todos tus HUEVOS en una canasta malagradecida que no los valora, eso explica el por qué te es tan difícil interesarte en otras personas u otras actividades, no tienes HUEVOS suficientes para colocarlos en sus respectivas canastas, de modo que tu ATENCIÓN pueda ENFOCARSE en esa persona u actividad.

Por ello los demás parecen menos interesantes, tu mente se encuentra pensando en tus HUEVOS, y en especial en quién o qué los tiene, eso te impide disfrutar de las nuevas experiencias a las que les faltan HUEVOS.

¿Qué puedes hacer?

¡Recupera tus HUEVOS! Lo mejor de este ejemplo es que no hay necesidad de que la otra persona te los devuelva, ¡incluso es posible que ni siquiera sepa que los tiene! Tú tienes el PODER de recuperar tus HUEVOS cuando quieras puesto que son tuyos, y puedes retirarlos de esa canasta de acuerdo a tu VOLUNTAD.

Sin embargo a veces esa VOLUNTAD es traicionera y necesita de un pequeño empujoncito para MOTIVARTE a recuperar tus HUEVOS, es por ello que necesitas realizar ACCIONES que te permitan obtenerlos de vuelta.

Las ACCIONES son aquellos movimientos que TÚ HACES, y es contrario a lo que TE HACEN, te dan el PODER puesto que mantienes el control de tu vida. Cuando TÚ HACES tú manejas tus HUEVOS y los colocas en donde deseas, mientras que cuando TE HACEN los HUEVOS caen, sin tu voluntad, en la canasta de quien TE HACE.

¿Cuáles ACCIONES he de realizar?

¡HAZ COSAS, sal a pasear, visita a tus amistades, conoce lugares; realiza todo tipo de actividades que alguna vez consideraras satisfactorias! No importa que al comienzo se sientan poco interesantes (no olvides que la razón es que te faltan HUEVOS), lo que esas actividades provocan en ti aumentará el DESEO de tu parte de ponerle algunos HUEVOS a aquello que realizas, y mientras más HUEVOS le coloques más satisfacción te dará.

Y como los HUEVOS están limitados, ¿de dónde crees que los vas a obtener? ¡Pues de la canasta malagradecida que tiene la mayoría de tus HUEVOS!

Así, mediante ACCIONES, cosas que TÚ HACES, irás recuperando poco a poco tus preciados HUEVOS y comenzarás a depositarlos en otras canastas, permitiéndote disfrutar más de esos momentos y perdiendo a su vez esa FIJACIÓN en la canasta que solía poseer tus HUEVOS. Así te verás cada vez menos tendiente a pensar en cómo se desperdiciaban tus HUEVOS y prestarás más ATENCIÓN a aquello que tienes enfrente, que cada vez tiene más HUEVOS tuyos.

En psicoanálisis de habla de la libido, la energía libidinal que es aquello que nos MOTIVA, nos HACE HACER. El psicoanalista se imagina a la energía libidinal como una sustancia viscosa que recubre el OBJETO o SUJETO depositario de esa energía, y que nos hace aferrarnos a dicho OBJETO o SUJETO.

Ellos usan una sustancia viscosa, yo uso HUEVOS.

Realmente el concepto no es diferente, algo dentro de nosotros nos MOTIVA a acercarnos a ALGO o ALGUIEN, haciéndonos perder a veces nuestra autonomía, guiando nuestras acciones a la obtención de la satisfacción que representa ese ALGO o ALGUIEN. Son tus acciones inconscientes.

La ATENCIÓN es como la luz de una linterna, ilumina una parte de la oscuridad pero deja en penumbra el resto; cuando toda tu atención se centra en un sitio, lo demás parece desaparecer, pero ahí se encuentra, sólo necesitas mover la linterna, HACER, y ponerle HUEVOS.

Dejar de aferrarnos a lo que nos causa infelicidad (quitarle los HUEVOS), es un paso correcto en el camino a alcanzar LA META, que ES SER FELIZ.

Oiga Lic, ¿de verdad tenía que usar la palabra huevos para este ejemplo?

Si esa es tu pregunta y la estás leyendo, ¿a poco no te MOTIVÓ a leer el artículo completo?