La educación pública mexicana, esa que recibimos la mayoría y que también fue la de nuestros padres, es una diseñada para generar obreros, personas obedientes, sumisas, que respondan ante las demandas de quienes tienen el poder.
De ahí la enorme dificultad que algunos tenemos para decir «NO»Y es que toda nuestra construcción educativa y social está diseñada para evitar esa temida palabra.
Nos formaron para no saber negarnos, para decir el sí o dilatar la fatalidad de la respuesta negativa de un modo que quizá no sea necesario decirla.Y tantos problemas nos ahorraríamos si tan sólo fuésemos capaces de decir un simple «NO».
Los conflictos se derivan de la mala comunicación y ésta de la incapacidad de expresar lo que realmente se desea, especialmente cuando ese deseo es negar otro deseo.
Por ello, para evitar el temido «NO», optamos por el uso de indirectas, evasivas o ambigüedades, todo para ahorrarnos la pena de decir «NO».
Y sólo debemos aceptar un montón de conflictos a cambio.Realiza cambios en tu construcción, aprende a negarte, no temas decir «NO» a aquello que de verdad NO quieres en tu vida. Créeme, te vas a evitar muchos problemas.