Nuestro modelo educativo está fuertemente basado en las enseñanzas platónicas, no es evidente pero la cultura imperante de nuestra sociedad tiende a darle un elevado valor a los elementos espirituales mientras que disminuye la relevancia de nuestro mundo material. Nuestra cultura nos dicta que lo material no tiene importancia y que lo que de verdad es valioso es lo que llevamos dentro.
¡Patrañas!
La idea platónica esencialista es el origen de ese mecanismo filosófico/cultural que pretende que neguemos nuestro cuerpo físico y material para dedicarle todo el valor al espíritu. Se nos ha inculcado que el espíritu es lo que debe crecer, todo bajo la idea que, al morir, nada nos llevaremos.
Diría Nietzsche que esas ideas predican la muerte y que a esos predicadores de la muerte habría que ayudarlos a llegar cuanto antes a su ansiado destino. Para los que nos quedamos a vivir la vida, necesitamos enfocarnos en aquello que mantiene la vida y eso es la MATERIA.
Somos MATERIA, nuestro cuerpo se conforma por MATERIA y consumimos MATERIA para seguir EXISTIENDO. Así es que la MATERIA es de suma importancia para nuestra vida pues es el sostén de la misma. Sin la MATERIA no somos NADA, de ahí su relevancia.
En muchísimas ocasiones nos sentimos VACÍOS, tristes, no encontramos SENTIDO a las cosas que hacemos. Cuando eso nos ocurre muchas veces volteamos hacia adentro de nosotros mismos en un intento por descubrir qué es lo que está mal.
Sin embargo ese es un intento inútil pues lo que está mal realmente no se encuentra en el interior. Ese salto al inconsciente, tan predicado por los psicoanalistas, algunos filósofos y muchos teólogos, dista mucho de práctico y conlleva un camino más largo hacia el verdadero objetivo, que es la FELICIDAD, la PLENITUD.
PLENITUD, la palabra misma nos dice cuál es el enfoque que necesitamos tomar. Pleno viene del latín plenus, que significa: “total”, “completo”, “lleno”. ¿Pero total, completo o lleno, de qué? De MATERIA, eso es.
Como lo mencionaba en mi artículo de Tábula Rasa (que puedes leer aquí), los seres vivos no nacemos con un pasado previo, no nacemos con una historia, no hay un karma, no hay vidas pasadas. Nacemos en el absoluto vacío, en blanco, sólo con algunos instintos básicos que compartimos con otras especies animales. Es la VIDA, la VIVENCIA, la MATERIA a nuestro alrededor, la que comienza a formarnos, a crear a nuestro YO. Es ese YO el que, posteriormente, presenta dificultades para alcanzar la FELICIDAD.
Ese YO fue conformado por MATERIA y por eventos MATERIALES que ocurrieron a su alrededor durante su desarrollo. Diversidad de experiencias VIVENCIALES le dotaron de fortalezas y debilidades, las cuales, combinadas con la transferencia familiar, crearon un YO relativamente particular, aunque no único, que se define a sí mismo como: ASÍ SOY.
Pero la realidad es que ese YO es así por las cosas que le ocurrieron y no por lo que ES. En efecto, el YO que tiene problemas de DEPRESIÓN, de ANSIEDAD, de control de IRA, de AUTOESTIMA, no nació con esos problemas sino que los adquirió de su entorno.
Ese entorno se encuentra AFUERA, conformado por MATERIA. Esa MATERIA ocurre alrededor de la persona, es absorbida por la misma hasta el punto que le da forma. Y esa MATERIA es la manera de modificar a esa persona.
Porque si NOSOTROS no somos realmente NOSOTROS sino lo que nos HA PASADO, entonces lo que nos pase en el futuro nos CONSTRUIRÁ de nuevo.
Esa es la ventaja de la MATERIA sobre la ESENCIA, pues ésta última representa una CONDENA, pues lo ESENCIAL no puede dejar de serlo mientras que lo MATERIAL puede modificarse. Aquellos que defienden el ESENCIALISMO condenan, sin saberlo, a los seres vivos a un único destino. Suerte para nosotros que se equivocan.
Al ser MATERIA, conformada por nuestro ENTORNO, al ser nuestro YO el resultado de lo que NOS PASA, tenemos el PODER de modificar nuestro entorno para RECONSTRUIRNOS, una y otra vez, cuantas veces sea necesario. El MATERIALISMO nos da margen de MEJORA, de incremento y de control sobre nuestra VIDA.
¡Deja ya de estar condenado o condenada por su supuesta ESENCIA! ¡Deja ya de sufrir por cómo eres sintiendo que ERES de una forma determinada! Hay quienes incluso sufren por aquello que, quizá (según esas personas), cometieron en “vidas pasadas” y que les lleva a aceptar su sufrimiento como PENITENCIA.
Tanto daño ha hecho el ESENCIALISMO Platónico a la psique humana.
Debemos dejar de “mirar hacia adentro” y en vez de eso voltear hacia el origen de ese interior. Porque lo que encontraremos dentro de nosotros fe formado: “De afuera hacia adentro”. En efecto, afuera está la respuesta.
En vez de dedicar esfuerzos en “meditar” dedica esa energía a tu entorno, modifica tu contexto. Cambia de trabajo, deja a esa pareja que te hace daño, aléjate de amistades y familiares que sólo explotan tu capacidad en su beneficio. Es tu entorno MATERIAL lo que te ha convertido en lo que eres, para mal y para bien, sólo modificando ese entorno tendrás la posibilidad de modificarte a ti mismo/a.
Tenemos UNA VIDA y en esta vida nos jugamos todas nuestras cartas. Tenemos UNA oportunidad de ser FELICES. Así que usa sabiamente tu TIEMPO, tu MATERIA, e incorpora más MATERIA a tu vida, alcanza a “llenarte” a tener esa PLENITUD de la que tanto se habla. OBSERVA tu entorno, identifica lo que te limita y lo que te potencia, aléjate de lo primero y acércate a lo segundo.
Y ante todo VIVE, porque sólo VIVIENDO eres MATERIA y sólo mediante la VIVENCIA incorporamos MATERIA.
Así, por medio de la VIDA, de la VIVENCIA, de la EXPERIENCIA MATERIAL, podremos estar un paso más cerca de llegar a LA META, que ES SER FELIZ.