“Papá nos gustaría quedarnos a escuchar tus anécdotas, pero TENEMOS que gastar estas monedas en el centro comercial”.
Los Simpson – Temporada 5 – Episodio 14 – 1994

La profunda frase que recién leíste fue dada por un gran pensador, un hombre sabio que encontró la manera de obligarse a hacer algo que quiere hacer sin sentir culpa alguna por hacerlo. Hablo de Homero Simpson en el episodio 14 de la temporada 5 de Los Simpson titulado: Lisa contra la Baby Malibú.
Yo tenía 13 años cuando vi ese episodio por primera vez pero recuerdo que esa frase me generó un profundo impacto. Poco sabría yo en aquellos años hormonales y pubertos que ese episodio de Los Simpson llegaría a formar parte de mi repertorio terapéutico al llegar a mi adultez.
Desde entonces he desarrollado un oído agudo que, sin duda, influyó en mi elección de carrera de Psicología. Por ello presto especial atención a pequeñas frases o muletillas que son arrojadas, aparentemente sin intención, pero que esconden un significado mucho más profundo e incluso dictatorial.
Volviendo brevemente a la entrañable frase de Homero, ésta surge luego de que el abuelo Simpson les heredara en vida unas monedas de plata, el abuelo trata de contarles la aburrida historia de cómo las obtuvo sólo para que Homero le responda con esa oración tan interesante, y es que, ¡con sólo una oración Homero se quitó toda responsabilidad de la acción de dejar a su padre abandonado en sus historias!
Con la parte de TENEMOS Homero se deslinda de la responsabilidad y agradecimiento a su padre por tan preciada herencia y se libra de realizar una acción que él y su familia encuentran aburrida (escuchar los relatos del viejo abuelo), optando mejor por realizar una acción mucho más entretenida como es gastar. Y sin embargo el pobre abuelo no puede reclamarles porque no es responsabilidad de Homero ni de su familia pues ellos TIENEN que ir a gastar esas monedas.
¿Cuántas veces te has encontrado en la necesidad de hacer algo que quieres hacer pero te falta la excusa para hacerlo? Estamos tan educados para obedecer que, muchas veces, el simple hecho de hacer algo por nuestra cuenta parece “incorrecto”. Entonces nos creamos una obligación moral que nos impulse a hacer eso que realmente queremos hacer, librándonos así de toda responsabilidad por nuestras acciones.
“No soy yo quien no te quiere ayudar, es que DEBO ir al partido de futbol porque ya compré los boletos”.
Gandalla local
Cuando nos deshacemos de la RESPONSABILIDAD de nuestras acciones también perdemos PODER, es parte de nuestra construcción educativa en hacernos difícil el decidir por nuestra cuenta, nos han enseñado a ser guiados, a ser corderos que necesitan un pastor, a escuchar las indicaciones de alguien jerárquicamente superior que “sabe que es lo mejor para nosotros”.
Así hemos perdido mucho poder al deslindarnos de nuestra RESPONSABILIDAD por nuestras acciones. De ese modo el esposo que golpeó a la esposa niega su violencia: “Es que ella me provocó, DEBÍA poner orden en mi casa”. O la novia le pone el cuerno al novio: “Es que no me daba lo que necesitaba, DEBÍA buscarlo en otro lado”. O el policía corrupto acepta un soborno: “Nos pagan tan mal, DEBO aceptar el soborno para alimentar a mi familia”. O también el joven que se niega a dejar el alcohol porque “no puede”.
Ejemplos como esos seguro has escuchado o realizado muchas ocasiones, y no todos son tan intensos como los mencionados, muchas veces utilizamos el DEBO en medio de una oración cotidiana, aparentemente sin importancia, que simplemente enmascara una verdadera intención.
DEBO, PUEDO, QUIERO; son las tres palabras que trato de definir a la hora de determinar el motivo de consulta. Usualmente le pido a mis pacientes que identifiquen la palabra adecuada para su solicitud de atención: DEBO, PUEDO o QUIERO, y que en base a ese verbo reformulen su solicitud de un modo que les llene de PODER, de la asunción completa de su RESPONSABILIDAD en la decisión terapéutica que están por tomar. Dicha decisión es el primer paso para asumir su participación en todo lo que han hecho que les ha impedido llegar a LA META, que ES SER FELIZ.
Para facilitar un poco el encontrar la palabra adecuada para su SOLICITUD o DEMANDA terapéutica, realizo un pequeño ejercicio para definir cada una:
DEBO proviene de una obligación externa, el cumplimento del DEBER entonces escapa totalmente al individuo, quien se ve despojado de su voluntad y forzado a realizar una acción, le guste o no, le beneficie o no. El DEBER viene IMPUESTO por una figura de autoridad cuyo PODER sobre el individuo es mayor, las leyes son un ejemplo claro que nos indican las cosas que DEBEMOS y no DEBEMOS hacer, arriesgándonos a un castigo en caso de incumplir.
Así DEBO escapa casi totalmente a tu control, implica algo totalmente necesario y cuya falta podría tener repercusiones graves. Entre las cosas que DEBES hacer está: Cumplir la ley, respirar, comer, beber agua; y en menor medida respetar aquellos contratos y acuerdos que hayas formulado.
DEBO es el más pequeño de los conceptos mencionados, que irónico puesto que es el que más frecuentemente utilizamos ya que nos deslinda de la RESPONSABILIDAD de decidir.
PUEDO viene de PODER, y es el más amplio de estos conceptos pues está basado en la POSIBILIDAD de que algo ocurra o no ocurra. Así al momento de decidir lo que uno PUEDE hacer se toman en cuenta las capacidades de esa persona: Económicas, físicas, geográficas, de salud, etc. La combinación de las capacidades individuales es la que arroja el PUEDO en su más grande acepción.
Si nos ponemos a pensarlo detenidamente, realmente PODEMOS hacer muchas cosas, tanto cosas que DEBEMOS como otras que NO DEBEMOS; y sin embargo muchas siguen estando en nuestro poder.
¿DEBO cumplir la ley? La respuesta directa es sí, y sin embargo PUEDES decidir no cumplirla. En ese sentido la obligación del DEBO está directamente ligada con la probabilidad del castigo con lo que la elección final de cumplir o no cumplir deja de ser un DEBER y se convierte en un PODER.
PUEDO implica tu propio EMPODERAMIENTO, el reconocimiento expreso de toda tu capacidad y POTENCIALIDAD. PODEMOS hacer muchas cosas y eso te pone más cerca de tu autorrealización. Identificar lo que realmente puedes hacer te abrirá un abanico enorme de POSIBILIDADES en las que será únicamente tu decisión la que te llevará a explorarlas, lo que nos lleva a…
QUIERO es la más personal de las tres palabras de las que estamos hablando, por lo mismo es la más subjetiva y parte únicamente de ti mismo; está, al igual que las anteriores, desligada la una de la otra ya que PUEDO hacer algo que no DEBO, así como DEBO hacer algo que no QUIERO.
El QUIERO se encuentra fundamentado en la historia de la persona, en su DESEO, en su propia construcción social hacia su individuo. Tenemos total de libertad de QUERER cualquier cosa. QUIERO sería entonces el principio por donde habremos de transitar.
“¿Qué QUIERO hacer?” Sería la pregunta que necesitamos responder primeramente, puesto que antes de ver lo que PODEMOS necesitamos saber si lo QUEREMOS; mientras que si DEBEMOS hacer algo que NO QUEREMOS el resultado claro será el de la insatisfacción.
En nuestra construcción social de autómatas, hechos para obedecer y seguir instrucciones; el DEBO es el camino que la mayoría de la gente transitamos con más frecuencia. A DEBO no le importa QUIERO y cómo PUEDO es tan amplio, siempre encontrará una manera de que eso de DEBES hacer se haga. Así usualmente DEBO entra en conflicto con QUIERO y hace que PUEDO sirva únicamente de herramienta, despojándote de ese PODER.
No existe un camino CORRECTO, sin embargo existe un camino CONVENIENTE para ti. El camino que te acercará más a LA META que ES SER FELIZ. Ese camino es comenzar a analizar cada una de esas palabras para entender, más allá de toda ambigüedad, la que mejor se acomoda a tu situación específica.
¿Realmente DEBO hacer eso que estoy haciendo? ¿De verdad QUIERO hacer lo que me dicen que haga? ¿Es cierto que NO PUEDO encontrar otra alternativa?
Analízalos con detenimiento, tranquilamente, con la mente abierta. Verás que DEBO es muy chiquito, minúsculo. Realmente existen muy pocas cosas que DEBES hacer, que son indispensables y cuya consecuencia por no hacerlas es trágica. DEBES respirar, DEBES comer, DEBES defenderte del peligro; las repercusiones por no OBEDECER a esos DEBERES pudieran ser terribles. Sin embargo TODO LO DEMÁS es mucho más flexible.
Verás que PUEDO es enorme, gigante, y PUEDO es tuyo, es tu PODER. PUEDES hacer muchísimas cosas y PUEDES negarte a hacer muchísimas otras tantas. Realmente PUEDES dejar ese empleo que no soportas; PUEDES finalizar esa relación tóxica que te hace daño; PUEDES comerte esa segunda orden de taquitos al pastor. Analiza tu situación y verás que tu PODER es mucho más grande de lo que crees. Lo que ha ocurrido es que te han engañado, te han vendido el DEBES desde pequeño, y aprendiste muy bien.
Te han enseñado a ignorar a esa parte de ti tan importante que es el QUIERO, QUIERO normalmente entra en conflicto con las otras dos. “QUIERO renunciar a este trabajo pero no DEBO hacerlo porque, ¿de qué voy a vivir?” O quizá: “QUIERO hablarle a esa persona pero no me atrevo, NO PUEDO”.
¡CLARO QUE PUEDES! ¡ES MUY FÁCIL! ¿Sabes hablar? ¿Hablas el mismo idioma que la persona con la que te quieres comunicar? ¿Tienen un medio en común para hacerse llegar el mensaje? ¡Entonces sí PUEDES hacerlo! PUEDES decirle a tu jefe que no seguirás trabajando donde lo estás haciendo, PUEDES decirle a esa persona que te interesa platicar. No significa que el resultado será siempre PLACENTERO (por eso la utilidad de Los Tres Caminos Contra la Frustración, que puedes leer aquí), pero el PODER de intentarlo es TUYO.
Todo depende de esa pequeña parte de ti que te han enseñado a ignorar, QUIERO. ¿Qué QUIERES? Podemos QUERER muchas cosas y, cierto es, muchas quizá no las PODEMOS obtener (recuerda Los Tres Caminos), ¡PERO MUCHAS MÁS SÍ!
Empieza por tener claro lo que QUIERES, no importa que eso que QUIERES no lo DEBAS de QUERER, recuerda que, si lo analizas bien, DEBO es muy pequeño, es insignificante. Escucha a QUIERO, compréndelo, acepta eso que QUIERES; sólo de ese modo estarás más cerca de obtenerlo.
Ya que ubicaste eso que QUIERES piensa si realmente PUEDES. PUEDO es muy amplio y si le dedicas suficiente atención y tiempo para analizarlo, verás que PUEDES hacer muchas cosas, más de las que te imaginas. Muchas de las cosas que QUEREMOS no son tan imposibles en realidad. Si bien probablemente no PODRÁS comprarte un Ferrari, sin duda eres capaz de, con algo de esfuerzo y ahorro, comprar un vehículo que te permita transportarte. Quizá sientes que esa persona por quien tu corazón palpita es inalcanzable pero… ¿Realmente lo es? Te sorprendería saber que a esa persona no todos o todas la ven igual que tú.
Analiza PUEDO, probablemente sí PUEDES hacer algo por obtener eso que QUIERES. Si por alguna razón realmente no PUDIERAS… ¡TRANSFORMA! El Camino Contra la Frustración más avanzado puede ser tu solución. Verás que, a veces, hay maneras de obtener los mismos resultados por otros caminos, todo depende de cuánta creatividad poseas.
Una vez que hayas determinado primeramente si QUIERES, y luego si realmente PUEDES, ahora sí considera el DEBES. ¿Hay alguna verdadera razón por la que no DEBAS hacer eso que QUIERES y PUEDES? Piénsalo, analízalo, ¿la consecuencia por hacer eso que QUIERES es tan terrible? Si la respuesta es NO entonces no hay ningún impedimento. Verás que DEBES es DÉBIL.
No es coincidencia de DEBES y DÉBIL se parezcan tanto. DEBES es una ilusión, parece más grande de lo que realmente es, has sido engañado/engañada para verlo de ese modo. Hemos sido amaestrados para OBEDECER, para que DEBO parezca más fuerte de lo que en realidad es. Y se nos recompensa por ello, si DEBEMOS hacer algo entonces ya no es nuestra RESPONSABILIDAD cualquier consecuencia, “¡Sólo hice lo que DEBÍA!”
Al no asumir tu RESPONSABILIDAD por tus acciones pierdes PODER, porque así tus acciones no dependen de ti sino de “otro”. Al evitar la culpa, al evitar la condena, DEBO se magnifica y adquiere control sobre ti. Y una vez que se te ha convencido de entregar tu PODER, no será fácil que te lo devuelvan.
Abre los ojos, comprende tu PODER, recupéralo. Así habrás dado un paso más para llegar a LA META, que ES SER FELIZ.